
La manía de los títulos fue don de Asia a Europa. Floreció con particular lujuria en las cortes de los pequeños príncipes alemanes. Aunque parezca extraño, no era exactamente el gobernante quien promovía esta fiebre obsesiva; en realidad, se alimentaba sobre todo en la vanidad de la nobleza inferior y de los burgueses. Los príncipes gobernantes se contentaban con…